Varios ‘players’ involucrados en el BTR (‘build to rent’) han debatido este martes sobre los retos que tiene el sector durante una charla que ha tenido lugar en la feria Rebuild. Rosa Gallego, directora de Operaciones en Q-Living, y Carlos Rodríguez-Bailón, CEO de Stay by Kronos, han realizado un llamamiento a los arquitectos y les han instado a diseñar proyectos funcionales que se puedan construir. “Tenemos que ir de las manos de los arquitectos y que entiendan que necesitamos proyectos sencillos, funcionales y económicos”, ha afirmado Gallego en una de sus intervenciones. “Antes de nada quería decir que estoy muy de acuerdo con la petición de Rosa hacia los arquitectos”, ha agregado Rodríguez-Bailón.
En el encuentro también han intervenido Irene Trujillo, country director de Dovevivo, y Pablo Méndez, director de inversiones de Culmia. La primera ha puesto el énfasis en el cliente final a la hora de orientar y planificar los proyectos BTR. “Lo principal en este caso es pensar en el inquilino y hay que ponerlo en el centro. En este escenario existen tres tipos de ‘build to rent’. El primero es el alquiler tradicional de pisos grandes de dos o tres dormitorios y donde los suministros no suelen estar incluidos. El segundo son lo que los anglosajones llaman servicer apartment, es decir, alquileres donde dentro de la facturación (renta) sí se incluyen no sólo los suministros, sino también otra serie de amennities como los gimnasios, coworking… Y por último está un tercer tipo que son los denominados ‘cohousing’ o ‘coliving’”, ha explicado Trujillo.
En el segundo bloque de estos es donde se enmarca la apuesta de Stay by Kronos. “El diseño tiene un papel fundamental. A Nosotros no nos vale todo y los suelos deben tener densidad de vivienda, sentido, rentabilidad, aunque estoy de acuerdo con Irene con que lo primero es el inquilino. Nosotros lo que hemos hecho es crear una vivienda en una nave donde hemos probado todos nuestros materiales. Stay lo que fusiona es diseño y arquitectura con un componente muy alto de sostenibilidad. Además, estamos apostando por una tarifa plana de suministros de suministros”, ha relatado Rodríguez-Bailón.
Por su parte, Méndez ha aportado al encuentro la experiencia de una promotora de la envergadura de Culmia en el segmento del ‘build to rent’ gracias a su participación en el Plan Vive. “La Comunidad de Madrid ha entendido que esto es un negocio y que debe tener una rentabilidad. Nosotros tenemos tres lotes del Plan Vive y vamos a proyectar unas viviendas 100% industrializadas. Nuestros márgenes son mínimos, pero la administración regional ha entendido que debe de haber ese margen, esa rentabilidad. Nosotros contamos con financiación propia, pero va a ser muy difícil en el futuro realizar vivienda asequible sin subvenciones o sin el apoyo de los fondos ‘next generation’, por ejemplo”, ha relatado.
“La demanda en el BTR está garantizada. El mercado va a tender al alquiler por la economía del país. Además, España tiene una gran ventaja con respecto a otros países competidores porque no tenía un mercado creado y es una gran oportunidad para los inversores que buscan crear este mercado. Lo que sigue siendo un problema son los suelos y la regulación porque necesita que se consolide”, ha apostillado el director de inversiones de Culmia.
Gallego, además de solicitar sencillez a los arquitectos a la hora de diseñar las viviendas BTR también ha ensalzado la figura del inquilino, al igual que Trujillo. “Nuestro primer socio es el inquilino porque hay que entender que no en todas las localizaciones existe una masa crítica de inquilinos con capacidad para absorber una determinada oferta. En este sentido, los promotores tienen que entender lo que es el ‘build to rent’ y respetar los plazos. Prefiero que un promotor me diga que va a tardar 40 meses en hacer un proyecto a que me diga que va a tardar 36 y al final lo termine en 40 porque esto es un producto que funcionan en rentabilidad y un mes de no rentas porque no ha sido terminado en plazo tiene un gran impacto en los inversores», ha afirmado.
«Por su parte, la constructora debe tener claro que firma una llave en mano con una promotora que a su vez firma un llave en mano con nosotros (gestión del inmueble) y por eso el proyecto en ejecución no puede contar con grandes variaciones con respecto al diseño inicial. Y por último hay que tener en cuenta a la Administración, que es la más ‘feliz’ en todo esto porque de entrada ya se lleva un 25% de IVA de la fase promotora”, ha finalizado la directora de operaciones de Q-Living.